Dionisio, dios de vid y vino



 
Dionisio se le conoce por ser un dios festivo, caótico, desordenado, alegre y lleno de emociones. Él fue quien enseño a los mortales hombres a cultiva la vid y fabricar el elixir que alegra el espíritu según los griegos, el vino.

Según el culto de Dionisio, él moría cada invierno para resucitar cada primavera y con él las colectas de la tierra. Por este acontecimiento se le realizaban grandes celebraciones en su honor, con grandes actos, los cuales más adelante se convertirían en el llamado teatro.

Generalmente, él iba en un carro halado por leopardos y acompañado por un grupo de criaturas mitológicas un tanto extrañas: los Sátiros o Silenos (mitad hombre, mitad cabrío, con una cola poblada de vello y un miembro viril siempre erecto), Ménades o Bacantes (mujeres ebrias que bailan sin control), Faunos (ser humanoide con orejas puntiagudas, cuernos y patas de cabra) y Centauros (criatura mitad hombre, mitad caballo). Todos ellos bailaban al son de la música e iban conducidos por el vino.



Nacimiento e infancia.
Este divino fue concebido como resultado de la unión entre Zeus y Sémele, mortal hija Cadmo, rey de Tebas.
A los seis meses de gestación Hera, esposa de Zeus, guiada por lo celos, se transformó en anciana para engañar a Sémele diciéndole que el padre de su hijo no era quien él decía, sino un simple mortal. Sémele dudosa convenció a Zeus de probarle que verdaderamente era un dios y él hizo una demostración de rayos en la que Sémele resultó fulminada, por lo que su embarazo fue interrumpido. Hermes logró salvar a Dionisio cosiéndolo al muslo de Zeus por los próximos tres meses. Por este motivo Dionisio es nombrado también como “El nacido dos veces”.

Descendencia.
A pesar de su manera tan descontrolada de comportarse solamente tuvo cinco hijos, cuatro con su esposa Ariadna y uno con Afrodita.

Dionisio en la actualidad.
Como legado a su honra queda el vino y el teatro.

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